Siempre que una marca decide renovar su imagen se producen varios sentimientos en quienes han sido impactados por ella, sean dueños, trabajadores o clientes y es normal porque es un cambio que puede ser incómodo al principio. A continuación vamos a enumerar algunos de ellos porque pensamos que todos son aceptables de una forma u otra:
- Nostalgia: se produce por ver la imagen anterior
- Rechazo: no permite ver el cambio de manera positiva
- Felicidad: por sentir que la empresa crece y se renueva
- Aceptación: después de ver mucho la nueva imagen, el rechazo se va transformando
- Temor: por no saber lo que sucederá con el cambio y si tendrá éxito
- Positivismo: por sentir que viene un futuro próspero para todos
De esa manera, se genera una mezcla de sentimientos positivos y negativos que rodean el ambiente por un tiempo, mientras llega esa aceptación y el positivismo esperado, los cuales llevarán a la marca al siguiente nivel.
Si todos los involucrados están sincronizados y sienten lo bueno del cambio, el éxito estará a la vuelta de la esquina porque todos trabajarán por un mismo propósito. Esa transformación debe ser integral y se debe aplicar a todos los procesos de la empresa para que realmente se renueve interna y externamente.
Así que si tu empresa está pasando por un cambio, ten paciencia, sigue con el proceso de renovación y muy pronto verás resultados.